COLOR

COLOR

lunes, 18 de marzo de 2013

Le miro y observo sus arrugas. Sus ojos me reflejan el sentir de su vida. Un trayecto complicado, con algunas lágrimas pero con mucha alegría. Me siento tan pequeño cuando pienso en su persona, me siento tan gigante cuando estoy en su presencia. Sus manos me acarician la mejilla, mientras sus cuentos y leyendas, despiertan en mi, nubes de ilusiones por cumplir. Azul infinito, envidia del mar y del cielo, que quisieron y no pudieron, reflejar el brillo singular de un nuevo despertar. Fortaleza inexpugnable, capaz de resistir, tantas guerras como llantos, con tal de protegernos. Sangre que nos dio y nos seguirá dando, sin esperar nada a cambio.
A nuestros padres.

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