COLOR

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miércoles, 17 de abril de 2013

No es como me habían dicho, es diferente, ni peor, ni mejor, podría decir en tal caso que sorprendente, incluso que quizás estaba dormido cuando me lo vendieron, pero gracias, hemos aprendido la lección. Recuerdo cuando todos los días,  los Hermanos de la Salle nos tomaban la lección. No se porque, mi inconsciente pensaba, ya queda menos, cuando seas mayor, lo sabrás todo y nadie te tomará la lección. Ingenuidad de juventud, pero bendita ingenuidad. El cerebro funciona mejor, con libros en la mochila, que con carga pensativa en la misma espalda. El peso físico lo aguantan los músculos, pero el peso propio del baúl, relleno con los años, te dobla el espinazo, llegando incluso a besar el suelo. Esto te permitirá descubrir un  nuevo amigo, espejo donde mirarte, aunque el barro posiblemente te impedirá reconocerte. Entonces, un escalofrío te llenará de energía, como un buen cargador de batería y la rodilla querrá volver a tomar impulso. Te tambalearás, pero tu cuerpo, buscará perfectamente la estabilidad. Sonreirás, te sentirás feliz, no perderás tiempo y seguirás. Lo importante no es el camino, ni el destino, ni lo que transportamos, lo importante es levantarse , porque por muy fuerte que sea la caída ,más fuerte son tus pensamientos. Te podrán cerrar, tirar, olvidar, pero nunca te podrán impedir que te vuelvas a levantar. Sólo tu podrás soñar tu realidad.

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