COLOR

COLOR

lunes, 15 de abril de 2013

Abro la ventana y entra la luz del sol, mi mujer que está en la cama, me dice, corre la cortina por favor, déjame cinco minutos.
Por supuesto, faltaría más, le digo yo, cierra los ojos. 
Mientras tanto, abro el grifo, como siempre, sale agua y ahora caliente, no hace tanto, siempre fría y a veces ni había.
 La sonrisa se dibuja al recordar aquellos tiempos, era fría y alguna vez ni siquiera había,  pero el tiempo sigue y sigue y si no te gusta sigue y si te gusta también sigue. 
Me río, porque me encanta. Sí, era una gozada abrir el grifo y salir el agua helada, sentir como se te congelaban las yemas de los dedos, mirarte al espejo y ver como se estiraba la piel, sentir el dolor del estiramiento y el placer del sentir la vida. Hoy quizás, yo creo seguro, no pasarás frío, ni siquiera calor, ni siquiera sentirás, hoy abrirás el grifo y saldrá el agua. 
Que fatalidad, no despertarás, ni te quejarás, hasta que un día alguien te dirá: ¡Papá! queremos pasar frío, dormir en una tienda de campaña, tener catarro, comer lo que pesquemos con una caña, recoger lo que nosotros plantemos, perdernos sin encontrar el camino, jugar a pico, zorro, zaina, sentarnos en una mesa y dirigirnos la palabra,...
Enciendo la pipa y pienso, faltan muchos, pero lo tenemos marcado, la tribu manda, somos lo que fuimos y seremos lo que pensemos, sin aspavientos, despacio, no hay prisa, somos muchos y todos somos necesarios.
Arci también es importante, él fue el experimento, no lo olvidemos.

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