Sí, no dudes, aprieta los dientes y para adelante.
No tengas miedo, estamos contigo, como ayer, como hoy, como siempre, aunque no quisieras vernos.
Somos los fantasmas de tu corazón, las luces que iluminan tu ilusión.
Temblores de rótula, sin compasión, capaces de renacer, sin discusión.
Forjadores de increíbles taquiones que vuelan contigo, dentro ó fuera, arriba ó abajo, pero siempre a la vez, nunca más lento, ni rápido, siempre con roce y aliento, incluso susurro.
Grasas amargas, que debes tocar, para luego poderte quitar.
Brillos constantes, capaces de vislumbrar, incluso en días de máxima oscuridad.
Hojas de roble, dentro de libros, marcando el camino que debes llevar.
Lechuzas amigas, que crees que se ríen, pero siempre te miran.
No pares, continua, hay que hacer camino. Siempre más camino.
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