Ni las burbujas pueden ganar,
a los críos más pequeños del lugar.
No son cuatro, ni cinco, ni siquiera siete, son algunos más,
dispuestos como siempre a trepar y no parar.
Como se oyen sus voces,
como se sienten sus corazones,
como nos miran su ojos,
escuchad...intuyo sus sonrisas,
que felicidad.
Risas y más risas, llenas de igualdad,
sin parar, sin pensar, sin aliñar,
sólo con amor y llenas de libertad.
Fuimos niños, incluso algunos lo seguimos siendo,
disfrutemos de jugar, de abrir y cerrar, de girar y saltar,
de dormir y soñar, de despertar y desayunar, de bailar y cantar,
de aprender y saber, de escuchar y hablar, de pensar y decidir...
Inspira y recuerda el abrazo que le diste a tu padre,
expira y recuerda el abrazo que le diste a tu madre,
sonríe y disfruta del abrazo de tus hijos.
Lo habrá mejor, pero no como esto.
Recuerda, somos lo que pensemos,
así que, a seguir subiendo.
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